domingo, 21 de octubre de 2012

Entre árboles: Acuarela de 900X650 cm

Entre árboles es una acuarela que surgió cuando menos te lo esperas.

Hace dos semanas, llevando a mi suegro Julián a revisión al médico, que por cierto a sus 93 años está como un roble, con mi cuñada y mi mujer, tuve que quedarme a esperar en una de las salas del Centro Médico.  Mientras tanto, con un bolígrafo que llevaba en el bolsillo comencé a trazar sobre un libro, en el que suelo tomar notas de encargos y cosas que hacer, unas líneas que me llevarían a
realizar linealmente, sin sombras unos manojos de árboles de ramas ondulándose y moviéndose como las patas de un pulpo. Los hice salir como de cráteres que surgían del suelo de una repisa rocosa desde la que se divisaba una gran llanura y...   ahí me quedé.
A los dos días, ya en el estudio, estuve preparando papeles de acuarelas sobre bastidores de madera y cuando hubieron secado, tomé uno de ellos y sirviéndome un poco de la idea trazada en el Centro Médico, comencé a dibujar y pintar una acuarela en gran formato (900x650cm).
Me gustaba como iba quedando, pues iba limpia y había añadido un elemento enorme en medio de la llanura que rompiera con las formas lineales de las ramas,  se me ocurrió un elemento vegetal "un bulbo" una especie de cebolla y con ello compensaba un poco la composición del cuadro que me "pesaba" más de la parte izda que de la derecha.
Pues bien, había hecho reservas con cinta de carrocero a las que le había quitado parte de su adhesivo con talco para que no se pegara excesivamente al papel y, durante la realización del cielo oscuro, me dio la sensación de que se colaba el color por debajo de la reserva y quise comprobarlo. Efectivamente se había colado el agua ensuciándome las ramas  por lo que la deje a un lado y tomé otro papel, ya preparado y me dispuse a repetirla.
Esta vez las reservas las hice con líquido enmascarador mezclado con un poco de crema hidratante y un pelín de agua. Con esta mezcla el líquido corre bien en el pincel y cubre lo suficiente. Hice las reservas de las ramas y me dispuse a hacer el cielo oscuro para el que ya tenía dos mezclas oscuras preparadas: 1ª con gris de peyne y azul índigo.
2ª Con azul índigo, sepia y negro, un poco mas densa que la anterior.
Hice el cielo con mucho líquido y lo dejé plano para que el líquido no se acumulara abajo y procedí a añadirle sal de potasa de las que en invierno echan a las carreteras que tiene granos gruesos e incluso terrones, la dejé actuar mientras me fui a almorzar.
Cuando volví me encontré con una textura fuerte en el cielo y que me dieron la idea de crear nuevos árboles en la zona de la llanura y comencé ya a dar las aguadas de las rocas y la llanura procurando dejar aún las ramas  enmascaradas.
Cuando todo estuvo seco, procedí a quitar la máscara y a dar unas tonalidades amarillentas a un ramillete de árboles y otras violáceas al otro ramillete.  Dí un color básico a la casita y continué conformando el suelo con pinceladas ondulantes hasta terminarlo con sienas, sepias y ocres en la izda y hacia la derecha metí índigo en las sombras, la llanura la hice más luminosa para provocar efecto de lejanía y terminé ese gran bulbo con ramas ascendentes que se distingue en la derecha. Quedó tal como la veis aquí.









2 comentarios:

Jordà Vitó dijo...

excelente obra querido, excelente!! me alegra vuestra creación, sobremanera!

José Antonio Sánchez Rumí dijo...

Ese blog donde las idéas empiezan a tomar forma es un tesoro Juan, luego poco a poco van madurando y el resultado final espectacular como todas tus obras.
Enhorabuena.
Un Abrazo.