Esta semana he estado ocupado con un proyecto de ilustración que ha terminado llamándose La gran caverna.
Se trata de un entorno, con una iluminación no excesivamente direccional, casi difusa, proveniente desde la parte izquierda superior, con una tonalidad verdosa que reflejan las paredes de lo que parece ser una enorme caverna rellena de un fluido entre gas y líquido. En esa enorme caverna habitan agrupados en diversos poblados independientes unos de otros, una especie de hombres-aves.
Todos los poblados dependen de la conservación del ecosistema de la Gran caverna de cuyo techo cuelgan sustentados por enormes cables. Este ecosistema han de mantenerlo equilibrado y,entre todos los poblados, este equilibrio se mantiene.
En cada poblado siempre hay un vigilante, que con su aguda vista vigila la trashumancia de largas procesiones de gusanos, lombrices y larvas de todo tipo de polillas, que recorren los huecos de las rocas en busca de ricos en nutrientes. Cuando él lo crea necesario, avisará para que se formen partidas de caza, y así , aprovisionar de proteínas a su poblado para su mantenimiento.
La gran caverna mantiene una humedad, iluminación y temperatura estable y los habitantes de ella no conocen otro mundo que ese pero... son seres inteligentes que han evolucionado creando una tecnología de la que se sirven para su bienestar.
Para realizar esta ilustración me ha influido mucho la lectura de los cinco libros de "Los hijos de la tierra" de Jean M. Auel.
En la construcción de los poblados me he basado en las formas orgánicas de cepas y raíces de vid con las que actualmente estamos trabajando.
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