Un monumento subterráneo descubierto recientemente y que nos ilustró perfectamente sobre las costumbres y ritos de la comunidad judía, del aspecto misterioso que la contrarreforma, con la Inquisición al frente, impusieron a sus ritos, por el peligro inminente de ser descubiertos.
Está formada esta sinagoa por una serie de salas escondidas en una edificación antigua, llena de pozos con extraños comportamiento de sus aguas y con un acceso medio laberíntico a una sala con un estanque rectangular escalonado en uno de sus lados. Estos escalones llegan hasta el nivel del un agua clarísima que mana de la tierra y que era con esa agua con la que purificaban todo:enseres domésticos, personas, elementos rituales, etc.
El guía fue un gran animador de esa hora casi y media que duró la visita y tras ella llegamos al hotel donde, al parecer también se lo estaban pasando en grande con un show que montaron entre Julián y Alfonso con la participación involuntaria de unas turistas alemanas. Este espectáculo fue el centro de comentarios de una de las mas divertidas cenas que he pasado en mi vida. Terminamos de cenar cerca de la una de la madrugada.
Habíamos decidido antes de la cena que al día siguiente iríamos a visitar Baeza, pues era una pena no visitarla estando sólo a siete Km de distancia.
Cuando despertamos al día siguiente, instintivamente me asomé a la ventana y... efectivamente, allí estaba la lluvia tal y como había anunciado el hombre del tiempo. Nos acompañó durante toda la mañana, pero tuvo la deferencia de escampar una hora para que pudieramos ver toda la hermosura de Baeza, centro del poder eclesiástico de la época del renacimiento español.
Los edificios histórico-monumentales de Baeza están en una zona recogida de la ciudad aunque también había paseos grandísimos con parterres ajardinados y soportales y un Ayuntamiento, cuyo edificio es digno de admiración.
Iglesia románica de Santa Cruz
Llenamos las tarjetas de memoria de nuestras cámaras fotográficas con las imágenes que nos llamaron la atención. Visitamos una exposición del poeta Antonio Machado, con la publicaciones del escritor en periódicos de la época, con manuscritos auténticos de poesías conocidísimas, con dibujos que le hicieron y con dos preciosas acuarelas de un patio donde vivió.
Mientras terminaban de saborear la exposición, algunos se decantaron un poco antes por saborear una cervecitas con unas tapas de carne de conejo con la que nos chupamos los dedos.
Terminada al visita turística en la que competían como cicerones el matrimonio Antonio-Chonci, acompañados de vez en cuando por Juan Valdivia nos dirigimos al aparcamiento aledaño al cuartel de sementales, donde teníamos los coches, y de vuelta a Úbeda, a comer.
El restaurante donde comimos es un lugar muy típico que han sabido darle un uso más pacífico a un antiguo refugio de guerra escavado en la roca, haciendo de él un lugar donde se disfruta de los platos propios del lugar.
Tienda taller de un amigo ceramista del compañero Dr. Antonio
Estuvimos largo tiempo degustando esos platos y departiendo entre nosotros de nuestros temas preferidos: el arte en general y la acuarela en particular.
Y así llegamos al punto y final de nuestras jornadas de encuentro y cargados de buenos recuerdos comenzamos poco a poco a despedirnos. Nosotros particularmente la despedida la hicimos desde el hotel, puesto que nuestro coche lo teníamos allí aparcado. El bueno de Antonio nos mostró el camino de vuelta hasta salir de la ciudad, terminando todo como había empezado: con la amabilidad de los ubetenses.
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