sábado, 6 de julio de 2013

Castillo de Escalona


Vuelvo a retomar el tema de los castillos. Estos que vemos a continuación están recien salidos del horno  de mis pinceles y pertenecen a fotos realizadas por mí en  correrías realizadas el año pasado, por estas fechas, en los  castillos de la provincia de Toledo.
 Comenzaremos con el magnifico castillo de Escalona, en la villa del mismo nombre, conocida por ser ahí donde Lázaro de Tormes se libró de su amo ciego por medio de una columna de piedra de su plaza. En uno de sus lados, el río Alberche le sirve de foso. Fue inicialmente una fortaleza romana, que posteriormente la ocuparon los moros.
En el siglo XI, el castillo fue tomado por el rey de Castila Alfonso VI, poco antes de la caída de Toledo. Durante dicho reinado y los reinados siguientes, la zona de Escalona y su castillo soportaron los ataques de los musulmanes.
En el año 1281, la fortaleza pasó al poder del hijo de Fernando III "El Santo" Don Juan Manuel.
 En este castillo nació el poeta, escritor y literato infante Don Juan Manuel de Castilla , hijo del infante Don Manuel de Castilla y nieto de Fernando III “El santo” de Castilla.
Álvaro de Luna, privado del rey Juan II de Castilla lo engrandeció y construyó el palacio, convirtiéndolo en el centro de sus posesiones. En él se realizaron grandes fiestas en honor del rey, que quedaron plasmadas en las crónicas de la época.
Enrique IV (hijo de Juan II de Castilla y de María de Aragón), a la muerte de Álvaro de Luna, entregó la propiedad al caballero Juan Pacheco, con lo que tuvo la propiedad de éste castillo y el de Montalbán.
Durante el siglo XV, la localidad fue uno de los principales escenarios de los enfrentamientos internos en el reino castellano, el último de tales enfrentamientos permitió a Isabel de Castilla (hermana de Enrique IV e hija de Juan II) acceder el trono castellano con el nombre de Isabel I.

El palacio-fortaleza fue destruido por varios incendios, alguno ya en época de Álvaro de Luna. Hoy día está en ruinas aunque ha sido restaurado en parte. Es de propiedad privada de un italiano, tengo entendido.

El otro castillo que incluyo en este artículo de blog es el castillo fortaleza de Montalban.



Está en Toledo. Es el castillo más grande e impresionante de los que he visto. Tuvo que ser la fortaleza más importante de la zona.
Para poder acceder a él tuvimos que meternos en una finca privada de los Duques de Osuna y andar a pie unos tres kilómetros o más -está permitido el acceso al castillo determinados días- y por fin lo ves. Todo un lateral da a un cañón en cuyo fondo se vislumbra el río Torcón , sólo ver el cañón ya valió la pena el calor que pasamos mi hijo Javier y yo, había en el mismo nidos de buitres negros y está declarado de interés ambiental.
El castillo está muy hecho polvo, pero está asentado en plenas rocas y es raro, altísimo y con unas torres defensivas ciclópeas. No durará muchos siglos más, pues está muy deteriorado. Para mí de todos los castillos que he visto este es el que más me ha impresionado.

HISTORIA:
Este castillo es una de las fortalezas más antiguas situadas en la  izquierda del río Tajo, erigido durante la Reconquista como punto de defensa de dicho margen del río, reformando y ampliando en gran medida el castillo árabe que allí existía, y que tal vez fuera abandonado tras la reconquista de Toledo.
En el año 1209 se cita la villa de Montalbán como cedida al caballero Alfonso Téllez, pero el edificio debió ser construido por los Templarios, cedido por Alfonso VII pocos años después, haciendo de él y de sus dehesas circundantes la más importante encomienda de su Orden en Castilla.
En el año 1308 volvió a manos de la Corona, siendo donado por Alfonso XI al caballero Alfonso Fernández Coronel. Tras una disputa con Pedro I el Cruel, el edificio fue reformado y se le añadieron nuevas defensas. Tras la ejecución de Fernández Coronel, el castillo fue cedido a Doña Beatriz, hija ilegítima de Pedro I.
Juan II quedó sitiado en el castillo por las tropas del infante don Enrique, que más tarde sería rey, en diciembre del año 1420. Tras un sitio de dos meses, las tropas del infante don Enrique levantaron el sitio y se marcharon; esto fue en parte gracias al apoyo prestado por la comunidad de Villa Real, que mandó al castillo unos 1500 hombres armados de su milicia en ayuda del rey. Como premio por el valioso servicio, el rey Juan II concedió a Villa Real el título de Ciudad Muy Noble y Muy Leal; desde entonces, Villa Real cambió su nombre a Ciudad Real.
Tiempo después, el Estado de Montalbán pasó a don Álvaro de Luna y, cuando éste murió, a su viuda, que lo habitó en algunas ocasiones.
Bajo el reinado de Enrique IV el castillo fue adquirido por su valido, Juan Pacheco, y desde él viene transmitiéndose a sus sucesores (hoy los duques de Osuna).